Propiedad del verbo que expresa las perspectivas —inicio, conclusión, reiteración, etc.— desde las que se puede enfocar la acción de un verbo. El aspecto perfectivo, por ejemplo, indica una acción que se debe completar para que se entienda como realizada, entrar o salir.

Accidente que muestra la acción verbal como terminada o en desarrollo, independientemente del tiempo en el que se encuentre.

El aspecto perfecto o perfectivo muestra una acción acabada: “Yo amé”.

El aspecto imperfecto o imperfectivo muestra la acción en desarrollo: “Yo amaba”.

El aspecto es un accidente propio de los verbos.

El aspecto es una categoría interna que da cuenta del evento en sí mismo, es decir, de cómo ocurre, transcurre, si se repite, cuánto se extiende, etc.